Últimamente se escucha hablar cada vez más de la figura del caregiver. Un caregiver se refiere a un familiar, amigo o profesional que decide brindar cuidado y apoyo a un niño o un adulto dependiente. Veamos concretamente quién es y cuál es su función.
Qué es un caregiver
Caregiver es un término inglés que designa a la persona que proporciona cuidados y asistencia a otro individuo que no puede cuidarse a sí mismo de forma independiente. La función de cuidador puede ser desempeñada por motivos profesionales, por ejemplo por médicos o enfermeras, o, como ocurre muy a menudo, por quienes están motivados por los vínculos familiares y afectivos. En este último caso, la persona desempeña la función de cuidador de manera informal, es decir, sin poseer habilidades específicas y sin recibir una compensación económica, pero en virtud de un sentido de responsabilidad hacia la persona que cuida.
El caregiver, entonces, es un miembro de la familia que ocupa un rol informal de cuidado, apoyo y cercanía y que se involucra en la experiencia de la persona dependiente y en las actividades diarias de cuidado.
Qué hace un caregiver
Es difícil clasificar las situaciones a las que se enfrentará esta figura porque cada contexto familiar es diferente, como lo son las necesidades específicas de cada enfermo y como lo son los caregivers.
Sin embargo, es posible definir unas directrices generales que deben respetar todos los que realizan esta delicada tarea. Al cuidador no se le exige ninguna competencia sanitaria en particular, sino que esté al lado del enfermo para satisfacer sus necesidades diarias, tanto físicas como psicológicas. El caregiver no tiene que aprenderse de memoria los fármacos ni sus efectos beneficiosos o los molestos que a veces aparecen, sino ser capaz de informar a enfermeros y médicos de lo que ocurre durante las horas en las que no están presentes, especialmente en lo que se refiere a los síntomas que se manifiestan. Puede ser necesario que aprendan pequeñas maniobras de cuidado, intervenciones específicas para administrar la medicación o manejar determinados equipos: en este sentido, los cuidadores están dispuestos a realizar una formación específica para que sean autónomos en la gestión de estas actividades rutinarias.
Lo importante es discutir junto con el anciano o enfermo, dónde le gustaría ser atendido, para valorar juntos si el hogar es el lugar adecuado: muy a menudo lo es, porque en un entorno conocido, se pueden mantener las propias costumbres y adaptar los espacios para la comodidad de la persona interesada.
Los diferentes roles familiares del caregiver
En España, en la mayoría de los casos son las mujeres (74%) que desempeñan el papel de caregiver, generalmente esposas o hijas que acogen al enfermo en casa y dedican una media de tres cuartas partes de su jornada a las actividades de cuidado. Sin embargo, en función de las diferentes características de los hogares, otros miembros de la familia también pueden asumir este papel: los hijos solteros adultos, los hijos adultos no convivientes o el cónyuge.
Cuidar: una tarea delicada y difícil
El cuidado de un familiar enfermo tiene importantes repercusiones psicológicas, ya que requiere una gran cantidad de energía física y emocional. El cuidador se siente abrumado por una carga de responsabilidad que supera sus capacidades, a lo que se suma la preocupación por la salud del ser querido, el vínculo emocional que le une a él, la sensación de frustración e impotencia al verlo en apuros y la imposibilidad de tomarse un descanso de esta situación. La combinación de estos factores puede generar fuertes estados de ansiedad y depresión en el cuidador, con síntomas que van desde el insomnio hasta la irritabilidad y la desmotivación.
El estado resultante de la carga prolongada y continua del cuidador se denomina Burden (sobrecarga). Es una condición que no debe ser subestimada en absoluto y que puede ser superada siguiendo algunos consejos generales, como
- Tomarse tiempo libre.
- Estar atento a la aparición de los síntomas de sobrecarga.
- Expresar las propias emociones y necesidades.
- Delegar la realización de tareas específicas a otras personas.
- Los cuidadores o cuidadoras profesionales pueden servir de apoyo: pueden ayudar proporcionando del tiempo para que el cuidador haga recados o se tome momentos de descanso del estresante cuidado de su familiar.
